jueves, abril 18, 2013

3. Contextualización

La iglesia de San Julián de los Prados, fue construida como una iglesia palatina por Alfonso II "El Casto", en los extramuros de la ciudad de Oviedo. El reinado de este monarca se llevo a cabo entre los años 791-842 de nuestra era. Aún no se conoce con exactitud exacta la fecha de la construcción, pero se puede situar cronológicamente entre los años 812-842.

La ciudad primigenia de Oviedo, Ovetao, estaba constituida dentro de un recinto amurallado. Alfonso II, mediante el arquitecto real Tioda, levantó varias edificaciones según nos relatan las crónicas de la época: Theodar edificator predictae Ecclesiae Sancti Salvatoris: la iglesia de San Salvador; la iglesia de Santa María, en la cual destina una capilla para un panteón real, y la iglesia de San Tirso (Crónica Abeldense, hacia el año 881); la iglesia de Santa María de Bendones, en las afueras de la urbs regia; la iglesia de San Pedro de Nora, cerca de la regia sedes. También construye la iglesia de San Julián de los Prados ("distante del palacio casi un estadio", Crónica Ad Sebastianum, hacia el año 885) y su palatium, al cual anexiona la capilla palatina llamada Cámara Santa, edificación martirial de dos plantas. 

La dedicación de la iglesia a San Julián y a Santa Basilisa, martirizados en el siglo IV, en Antioquía, fue la causa de la edificación de la iglesia, ya que el rey Alfonso II, sentía gran devoción por estos dos santos. El rey residió siendo joven, en el monasterio de Samos (Lugo), dedicado a estos y es allí, donde surgiría su devoción. Usando así, como referencia, la castidad del matrimonio que marcaría la virtud del rey.


La dedicación del la iglesia a estos santos, parece que formó parte del argumento desarrollado por el programa arquitectónico de Alfonso II en la sedes regia. Al construir un templo con esta advocación, se producía un deseo de imitar las virtudes de los santos, por los que el monarca sentía una gran devoción, produciéndose al mismo tiempo una alusión a las virtudes que el monarca quería ostentar como definición de  sí mismo. Según la Crónica Abeldense, Alfonso II pasó su vida sin su esposa, en la mayor castidad.



Vista de la fachada principal (Autor: Amaianos)
NIETO ALCAIDE, V. (1989). Prerrománico asturiano. Salinas: Ayalga Ediciones. Págs:75-81
ARIAS, L.: Prerrománico Asturiano. El arte de la Monarquía asturiana, Págs:. 18-19