En el exterior, podemos destacar el sencillo juego de volúmenes, donde se puede leer con claridad el espacio interno.
Fachada oriental (Autor: Zarateman) |
Vista de la fachada oriental y lateral norte. (Autor: Zarateman) |
El
transepto no sobresale en planta pero destaca en altura sobre el
resto del templo y remata en una cubierta de doble vertiente. En los
extremos norte y sur de este, tenemos las naves laterales. Se puede
apreciar que no tienen una continuidad con este. Las cubiertas de
estas naves laterales son de doble vertiente pero menores en altura.
Vista de fachada oriental y lateral sur (Autor: mgpl 1962) |
Pórtico principal (Autor: José Luís Filpo Cabana) |
De las tres naves longitudinales, claramente podemos apreciar la importancia de la nave central, que ocupa mayor espacio en planta y mayor altura que las dos naves laterales. Esta nave central tiene tres ventanas en cada lado y una cubierta a doble vertiente. Las naves laterales son más estrechas y de menor tamaño con cubierta a una vertiente.
En la fachada occidental, a los pies de la iglesia, encontramos el pórtico de entrada. Éste da acceso a la nave central. Tiene planta cuadrangular y un arco de medio punto de ladrillo que da acceso al recinto. Sobre el arco hallamos un óculo. El pórtico es de menor altura que la nave central. al igual que las naves laterales.
Los muros son lisos, de mampostería, con piedras bien trabajadas en las esquinas, que están formados por grandes sillares escuadros colocados a soga y tizón, o en los contrafuertes. El aparejo de estos muros está conformado por sillarejo. En los vanos rectangulares se utiliza el dintel, formado por piedras calcáreas de forma monolítica, que están bajo arcos de descarga con dovelaje de ladrillo.Detalle ventana (Autor: Zarateman) |
En la parte superior de la cabecera, encontramos una ventana de triple arquería de ladrillo sobre columnillas monolíticas constituidas por basas áticas y capiteles florales.
En el cuerpo central, hallamos tres ventanas de forma rectangular con arcos de descarga de ladrillos y celosías, que se encuentran a la misma altura, una por cada ábside. En el cierre de estas se utilizan placas perforadas similares a las de época visigoda, pero en la actualidad solo se conservan fragmentos. Los parámetros exteriores de la iglesia estuvieron recubiertos de estuco y moldeado en la zona de las esquinas imitando las formas de grandes sillares. Hay algunos restos en la pared oriental del transepto y en el muro del testero. En los muros, se han encontrado restos de encalado blanco, dejando entrever que el estado actual difiere mucho con el original.
NIETO ALCAIDE, V. (1989). Prerrománico asturiano. Salinas: Ayalga Ediciones. Pág: 56.
YARZA, J. (1981). Arte y arquitectura en España. Madrid: Ediciones Cátedra, S. A. Pág: 52