viernes, abril 12, 2013

5.2. La técnica pictórica de Santullano: el fresco.

En la práctica totalidad de la decoración pictórica conservada in situ en la iglesia de San Julián de los Prados, se ha empleado la técnica de la pintura al fresco. El fresco estaba realizado sobre una gruesa capa de estucado, que sigue tradiciones romanas en la técnica y en los motivos decorativos. Se realizaba un trazado previo de dibujo basado en una sencilla técnica de incisiones, grabadas con un punzón sobre la última capa del enlucido aún tierno y después de haber repasado con la llana, que proporcionaba una superficie lisa. El artista debía pintar con los colores preparados siguiendo estas líneas preliminares con las que se definía el contorno de los objetos y las zonas de separación de superficies. Este procedimiento era conocido y plenamente vigente en el mundo helenístico, básicamente en el trazado de motivos geométricos, como vemos también en la pintura del Santullano. A continuación, el artista debía aplicar inmediatamente los colroes sobre el enlucido aún húmedo formando una película de carbonato cálcico que uniría homogéneamente los colores a la pared. El artista, al recurrir a esta técnica, disponía de escaso tiempo para llevar a cabo su trabajo y debía poseer una profunda experiencia de los procedimientos técnicos.

En la iglesia de Satullano las diversas capas de enlucido (tectorium) están reducidas a dos: la trullisatio y el intonaco. La trullisaco representa la primera mano de revoco extendida sobre el muro humedecido para sacar la "rectitud" a la pared, que se compone de cal y arenato. En el Santullano esta primera capa, variable entre 2,5 cm y 3 cm de espesor, tiene una composición de un 30 por 100 de arena y un 70 por 100 de cal. A continuación, el intonaco, es una capa de 0,5 cm a 1 cm de espesor y compuesta de arena muy fina y polvos de mármol y cal en proporciones iguales. Sobre ésta se aplicaron definitivamente los colores desleídos en agua.

En la pintura mural de la iglesia de Santullano se han empleado varios pigmentos colorantes, en cuya composición se pueden identificar los siguientes materiales: blanco, integrado por caliza y cuarzo; rojo, óxidos hidratados de hierro; amarillos, óxidos de hierro; negro, madera carbonizada.

ARIAS, L. (1993). Prerrománico asturiano: El arte de la Monarquía Asturiana. Gijón: Ediciones Trea, S.L.. Págs. 60-61